martes, 12 de noviembre de 2013

Porfirio, Rascafría

Hace muchos años un amigo me llevó a tomar unas cervezas a este bar y a mí me llamó la atención el dueño. Hasta este fín de semana en que después de un largo paseo por los alrededores del pueblo decidimos comer algo. Hay muchos restaurantes en Rascafría y todos llenos hasta la bandera, y sin reserva imposible comer antes de las cuatro. Bueno decidimos dar un paseo y pasamos junto al Porfirio, un bar aparentemente para los del lugar sin ninguna pretensión de fachada ni de interior. Unas pocas mesas, unas cuantas banquetas y una barra en la que hay que apretarse para caber. Pedimos unas cervezas y nos dispusimos a pasar el rato hasta la hora de comer. Vistos los precios de las raciones nos atrevimos a pedir una de torreznos a pesar de la advertencia de que las raciones eran grandes y no servían medias.

Craso error, las raciones no eran grandes, eran inmensas. Una fuente de torreznos 7 €, una de croquetones de boletus y tocino, las mejores croquetas que he tomado no se si en mucho tiempo o en toda mi vida, 6 €, si, 6 por 12 grandes croquetas. ya no había lugar para más en nuestros dos estómagos agradecidos, hasta el punto en que tuvimos que traernos parte de lo pedido. Tiene habitualmente cangrejos de río y son muy nombrados los arroces, que hay que encargar salvo los domingos, y cualquier cosa que se cocine con setas, o solamente setas, en la temporada. Da lo mismo todo está bueno, es abundante e inusitadamente barato.

Pero con ser la comida buena y el precio barato uno de los grandes placeres del lugar es charlar con Porfirio y con sus encantadoras camareras, con las que al poco de estar te sientes como en casa. Así que puestos a la charla uno entiende rápidamente que el secreto de este lugar es la gente, empezando por el mismo Porfirio que sale a buscar las setas, los cangrejos y casi cualquier cosa que él mismo cocina y sirve en su bar porque su mayor satisfacción no es cobrar, que también, si no charlar y comprobar que la persona, el cliente en los demás establecimientos, ha disfrutado de su esfuerzo, y que lo aprecia.

Para comer como un cura con ínfulas de obispo en ciernes.

Bar Porfirio
Avenida del Paular, 9
Rascafría   Madrid
680971350/691521802

Y no olvide el cocido, que también se encarga.


martes, 5 de noviembre de 2013

El Rincón de Jaén, Madrid capital

Al fondo hay sitio, siempre, como antiguamente en los autobuses y tranvías, a pesar de que un muro humano parezca desdecirlo, y si no hay sitio lo hacen. te reciben con una tapa que es casi una ración y el vértigo de los camareros que te incitan oralmente al consumo de raciones recitadas y apetitosas. de enunciado y de paladar. No es lugar para intimidades si no para el roce, la disculpa, como en los antiguos autobuses y tranvías, y el disfrute. Los productos frescos como no puede ser de otra manera dada la rotación, la atención rápida y eficiente y el precio ajustado. ¿Alguien da más? Recomendado. Si se quiere estar tranquilo conviene reservar.

I
Don ramón de la Cruz, 88

II
Doctor Gómez Ulla, 6

III - El Nuevo Rincón de Jaén
Alcalá, 225

IV
Camilo José Cela, 11

V
Don Ramón de la Cruz, 101

La Hora del Vermut, Madrid capital

A veces, pocas desgraciadamente, en medio de la moda surge el hecho diferencial, o, expresado de otra forma, a veces se consigue poner de moda lo que nunca debió de pasar de moda por ser de mucha mayor calidad que lo que lo ha sustituido.

Tengo que confesarme un enamorado del vermuth, o vermut, o en castellano popular vermú, pero del vermú español, del madrileño, del vasco, del riojano, del manchego.... que tantos hay en nuestro país y más y nunca he entendido que a toda esta variedad la haya sustituido un producto de fuera, más caro y mucho menos agradecido para mi limitado paladar.

Por todo lo antedicho es difícil que pase cerca del Mercado de San Miguel sin que haga un hueco para tomarme un vermú nacional en este local en el que me permiten elegir la ambrosía con la que acompañar cualquier pincho o ración que pille alrededor y que ingiero solo para que mi organismo admita un segundo o incluso un tercer vermú con el que disfrutar hasta poner los ojos en blanco.

Soy así de raro, soy de vermú. Recomendado, sin ninguna duda y espero que cunda el ejemplo.

La Hora del Vermut
Mercado de San Miguel
Plaza de San Miguel, s/n
Madrid    28005