martes, 24 de noviembre de 2015

Mesón del Cantarero, Tarancón

Se puede decir que es un sitio de los de toda la vida. En la antigua carretera de Madrid a Valencia justo a la entrada del pueblo este restaurante de los de siempre tiene una amplia carta en la que incluye una selección de platos de la cocina conquense. El cuchifrito, el morteruelo, los zarajos, el ajoarriero, las migas de pastor... son especialidades que no debe de perderse una vez acomodado a la mesa. Si quiere comer como un cura compensa desviarse de la autovía y hacer un alto en este local

Mesón del Cantarero
Avenida del progreso, 30
16400 Tarancón (Cuenca)
969320533

www.mesondelcantarero.com

sábado, 12 de septiembre de 2015

Trasiego, Gijón

Descubrir a estas alturas las excelencias de la cocina asturiana, de la antigua y de la no tan antigua, sería una osadía. Confieso mi enamoramiento de sus quesos, de sus guisos y de su sidra bebida in situ. Se come bien en cualquier sitio, muy bien en la mayoría y excelentemente en bastantes porque la cocina asturiana, como casi todas las del norte, es una cocina donde se parte de una materia prima de gran calidad. Carnes, quesos, hortalizas y pescados son dignos de mención. Por eso cuando selecciono un sitio para comer me fijo mucho en que sea popular, en que la gente que llena las mesas tenga pinta de parroquiano habitual o foráneo esclavo del disfrute. Trasiego es una casa de comidas con opción de bar, por lo que puedes comer de tapas, menú o a la carta indistintamente. Yo, concretamente, comí de menú porque me pareció que la oferta era lo suficientemente satisfactoria para no tener que adentrarme en la carta. Por 12 euros por persona poder elegir entre cuatro primeros, cuatro segundos y una amplia selección de postres caseros y frutas me pareció una oferta suficiente. Tomamos lentejas, ricas y abundantes -te ponen la sopera para que te sirvas-, una sabrosa cecina con virutas de parmesano, unos excelentes escalopines al cabrales, excelente la carne de ternera como solo lo suele ser en el norte, muy rica y bien ligada la salsa de cabrales y patatas fritas de verdad, no congeladas o raras. Acabamos con un rico arroz con leche. Yo además acompañé mi comida con un vermut propio de la casa muy agradable. El resultado fianl un servicio rápido, amable y correcto por parte de una de las dueñas que atiende a la sala y una comida satisfactoria. Puedo decir, sin ambajes, que comí como un cura y que estoy presto para probar esos callos y esa fabada que comenté con la propietaria.

Restaurante Trasiego
Santa Doradía, 2
Gijón
985 33 25 68

viernes, 28 de agosto de 2015

La Bomba Bar, Madrid capital

La calle Costa Rica siempre ha sido rica en locales de restauración y terrazas. Se alternan, sin pisarse, bares, restaurantes y franquicias que reposan mesa y sillas en sus amplias aceras y que promueven una cita futura cada vez que pasas en coche y ves que prácticamente todas están llenas de gente disfrutando del momento. pero esa cita va habitualmente posponiéndose sin que encuentres el momento porque la ubicación es más propia de los vecinos del lugar que de las gentes de paso. Claro que esto siempre puede cambiar si encuentras ese sitio que te da algo que aprecies y que lo convierta en un lugar singular y deseable. Y eso es lo que a mi me ha sucedido el otro día, un día de esos en que las circunstancias te ponen en un lugar, a una hora, y con unas perspectivas que te obligan a buscar refugio y reparación allí donde te encuentras. Paseas un poco, observas el público, la carta, lo que hay en las mesas, el ambiente, sin llegarte a decidir hasta que de repente se te ilumina algo y decides. hay veces en que aún meses después te preguntas que se te ha iluminado, pero otras la satisfacción de la elección se suma a la del consumo. Y eso es lo que me sucedió con este bar. Vermut de grifo, Zarro, y un revuelto de judías verdes y setas, que suele prometer insulsez, al centro, como tapa, sabroso. Después un menú de salmorejo, rico y un rabo de toro, muy rico, y unas excepcionales, por cantidad, precio y calidad, tapas de callos y de caracoles. Los callos sabrosísimos y los caracoles, receta propia de la casa, de chuparse hasta los codos. El precio absolutamente ajustado nos dejó con las ganas y la determinación de repetir. Recomendado.

La Bomba Bar
Costa Rica, 20
28016 Madrid
91 350 68 61

domingo, 16 de agosto de 2015

Frigideiras do Cantinho, Braga (Portugal)

Visitar Braga es siempre un placer por su vida, sus calles comerciales y sus monumentos, pero, precisamente por eso y por su vocación turística, elegir un lugar en el que comer exige una cierta paciencia. Descartados de antemanos productos globalizados y franquicias, lo mejor es aprovechar el paseo por sus preciosas calles para husmear con disimulo que es lo que se come en cada terraza y leer con parsimonia la escasa información que sobre lo que se puede degustar figura en las pizarras que te encuentras en las aceras. Es una costumbre, la de exhibir las cartas en el exterior para que puedas leer tranquilamente la oferta de cocina y sus precios, que en Portugal se echa de menos. Bacalao, sin duda, prioritario, pero ¿con cual de las cientos de recetas que en este país se cocina?
En fin, que paseando, paseando llegamos a este local y comprobamos que el público mayoritario era local, popular y de una cierta edad, que en las mesas se servía principalmente bacalao al horno y bacalao dourada y que además en todas las mesas servían una especie de pasteles con guarnición en tanto particulares, las frigideiras que dan nombre al local.  ¿Que que es una frigideira? Un relleno de carne picada arropada por una masa de hojaldre finísimo que fabrican durante más de tres horas en el mismo local con una calidad y sabor que hacen del tabajo un éxito. El bacalao muy rico, las frigideiras un hallazgo y alguna otra cosa que tomamos, como una lengua guisada y una sopa de repollo, no desmerecieron. El precio, bien comidos, bien bebidos y excelentemente servidos, no llegó a 12 € por persona. Para mi muy recomendable.

Frigideiras do Cantinho
Largo Sant Joao de Souto, 1
4700-326 Braga
253263991
http://frigideirasdocantinho.pt/

sábado, 8 de agosto de 2015

D'Alvaro, Muxía

Hay ocasiones, circunstancias -es tarde y van a cerrar las cocinas, no tengo internet para consultar, todos ponen lo mismo, ...- en que a la hora de comer en vez de una selección haces una elección totalmente a ciegas, instintiva. Eso fue lo que nos pasó en este local de Muxía. Llegamos al pueblo tarde y pensando comer en un mercadillo con contenido gastronómico lo que en Galicia supone presencia de pulpeiras, empanadas, buen pan y algunas otras cosas con las que completar un almuerzo informal pero altamente satisfactorio. Llegamos tarde por la hora, las 15.30, pero temprano por el día, el mercadillo no abría hasta el día siguiente. Así que nos vimos en la tesitura de elegir con rapidez algún lugar en el que reponer las fuerzas gastadas en una caminata desde Fisterra al faro y vuelta.
Pues eso, elegimos sin ningún tipo de información previa y con la amenaza de quedarnos sin comer a causa de la hora. Nos dirigimos al puerto, que en en caso de pueblos marineros es lo lógico, y paseamos la vista con cierta aprensión turística por el entorno. Entre los varios lugares elegimos este porque su terraza era la más acogedora, sin más y, dado el día, sin intención de sentarnos en ella. La elección fue más que acertada
Pedimos un pulpo flambeado, especialidad de la casa y no sin antes haber visto pasar algunos con destino a otras mesas, unas almejas a la marinera y una carne a la piedra para dos. Aunque la elección de la carne pueda parecer paradójica en un pueblo marinero, conozco mi tierra y se que puedo hacerlo con un alto índice de acierto.
El pulpo abundante, bien cocido, es claramente una variación del pulpo a la gallega, no a feira, y está francamente sabroso, acompañado de unos cachelos ávidos del juguillo del pulpo que los empapa y de muy buena calidad y punto de cocción. Un plato redondo. Las almejas grandes, sustanciosas aún sin tener en cuenta la salsa, y cocinadas en una salsa sabrosa y densa, casi sólida. La carne del país, fileteada y servida, y esa fue una de las razones de pedirla, con un plato metálico instalado sobre una cocinita portatil de gas que garantiza la temperatura necesaria para su preparación sin altibajos ni cambios de utensilio, un hallazgo. Para finalizar unas cañitas, postre orensano que ha traspasado fronteras, con una masa que tenía, si lo buscabas, ese punto de sal que debe de tener y una crema rica para relleno.
No puedo juzgar por lo que no he comido, pero en las mesas de los alrededores, casi todo público nacional y casi diría que bastante local, se veía bastante fruicción comiendo unas abundantes y apetitosas, al menos de aspecto, masriscadas. La zona lo permite.
Resultado final, una gran e inesperada satisfacción completada a la hora de pagar la cuenta, con una botella de Terras Gauda y algún café, no llegaba a los 80 euros y habíamos comido tres personas sin ningún tipo de frugalidad. En mi opinión muy recomendable. 

D'Alvaro
C/ Marina, 22
Muxía
981 74 25 01

viernes, 26 de junio de 2015

la Ancha, Madrid capital

A veces uno va a ciertos sitios con la escopeta cargada. La fama, la ubicación, el momento... y eso fue lo que me pasó con este restaurante. Esperaba encontrarme un restaurante de esos que los "entendidos" llaman de cocina mediterránea o de cocina de mercado que habitualmente enmascaran una cocina vulgar y/o una carta aburrida y que siempre contiene las mismas cosas que despiertan en mí el más absoluto desinterés. Me equivoqué. Lo confieso. Me equivoqué y disfruté sin resquemor ni recato de todas las cosas disfrutables que pasaron por mi plato y por el de mi acompañante. Un solo pero, la tortilla de patata con almejas, sabrosa y apetecible, adolecía de que parte las patatas estaban poco hechas, en ese punto en el que al morderlas te explican lo que significa casi crudas. El único pero, porque la selección de casquería que tuve el inmenso placer, casi éxtasis, de saborear a continuación casi me hizo olvidar la tortilla, e incluso el paso del tiempo. Sesos, exquisitos, criadillas, sublimes y unos muy apreciables riñones visitaron fugazmente mi plato. Mi acompañante disfrutó de un atún a la plancha que, a juzgar por sus comentarios, resultó tan sabroso y apreciable como esperaba. Bien el postre, precio alto "ma non troppo", magnífico el servicio y muy cómoda la terraza cerrada en la que comimos. Pero no sería justo conmigo ni con el restaurante si no mencionase que entre plato y plato te ponen delante una cajita de madera que contiene una mantequilla casera absolutamente memorable, tanto, tanto que cunado el camarero al traer el segundo plato alargó el brazo para retirarla estuve a punto de abalanzarme sobre él y arrancárselo de cuajo. Cosas de la civilización, no lo hice y aún lo lloro. Para comer como un obispo, pagando como un obispo.

domingo, 21 de junio de 2015

La Casita, Benidorm

Hay veces en que hay que preguntarse si no estamos convirtiendo esto de comer en una tontería injustificable. hay momentos en los que hay que preguntarse si la cocina a valorar es ese espectáculo de técnicas y aparatos de película de ciencia ficción, o esa persona que que día tras día trabaja con ahínco en los fogones de un bar sacando con honradez y pericia adelante unos menús que sirven para alimentar el cuerpo, y a veces el espíritu.

Benidorm, dos de la tarde, nos dirijimos al casco viejo a ver si podemos comer algo, sin excesivas pretensiones. Dado que entramos por la playa de levante empezamos a buscar en esa zona. Nos llama la atención un bar en una esquina. Comidas caseras. Tres platos, bebida, pan y postre 12.50. Terracita en la calle, concurrido pero no lleno. Nos sentamos cuatro personas y empezamos a mirarnos con cierta prevención viendo la oferta. De primero a elegir entre ajo blanco, una ensalada con aguacate y ensaladilla rusa. Elegimos de todo para poder probar y nos llevamos la primera sorpresa. la abundancia. Los platos servidos no son la típica ración de menú si no platos de carta. El ajoblanco delicioso, fresco, en el punto de ajo y con el toque de amargor de la almendra bien seleccionada. La ensalada abundante, fresca y variada. tal vez la ensaladilla rusa flojeara un poco en cuanto a la cantidad, pero por comparación con los otros. De segundo: pulpitos en salsa, espaguetis boloñesa o melón con jamón. Los pulpitos abundantes, bien cocidos, esto es ni duros, ni blandos, y en una salsa francamente sabrosa, con su toquecito de picante. Yo hice barcos hasta que se me secó el mar. El melón superable y el jamón ibérico y bien cortado. A esta altura de la película y mientras esperábamos el tercero que cerraba plaza era un comentar y no parar sobre la grata experiencia que nos habíamos encontrado inopinadamente. Y faltaba, en expresión lugareña, la traca final. Dos habíamos pedido arroz con pescado y marisco y dos fritura de pescado. Había otras dos opciones de carne que descartamos, brocheta de cordero y no recuerdo que otra cosa. Esperábamos un plato de arroz de ración, de ese tan rico que se hace en muchos bares de España y que sirve como tapa o ración para acompañar a los aperitivos, pero no estábamos preparados para que nos sirvieran un arroz en paella recién hecho, lleno de raya y de almejas, sabroso y en su punto, con su "socarrat" y su grosor perfectos y abundante. La fritura, finalmente, no rebajaba la nota. Pescado fresco, tres cariocas, calamares y chopitos, Café para unos y postre para otros. faltaba la cuenta. Clavada, ni una duda.
Así que emocionado por lo inesperado de la experiencia y por un buen hacer incuestionable me permití visitar a la cocinera que era capaz de tanta satisfacción con una cocinita de juguete. Y ahí fue mi ultima sorpresa: la cocinera no era española, lo cual, a mi modo de ver, duplica sus méritos ya que ha sido capaz de asimilar con absoluta soltura y calidad una cocina que inicialmente le era extraña, y respetar sus usos y cualidades.

Un hallazgo para comer de menú. Ni por calidad, ni por cantidad, ni por precio me va a ser fácil encontrar un sitio semejante. Comí como un cura y para mi es un lugar muy, muy recomendado

La Casita
Marqués de Comillas, 37
03501  Benidorm
698219024 

viernes, 5 de junio de 2015

La Teja, Venta de Cárdenas

Un lugar en el camino, eso que antes se llamaba bar de carretera y que ahora por mor de la necesidad se ha convertido en restaurante y tienda de productos del entorno. Cuando el tiempo es bueno es un placer comer en la terraza con vistas al parque natural de Despeñaperros. Su enclave, vistas y ubicación, lo hacen idóneo para ese alto en el camino que es tan necesario, y, si coincide con la hora de hacer un refrigerio, miel sobre hojuelas, postre disponible en la carta y en la tienda. Tiene una extensa carta de cocina local, regional y nacional. Si uno se atiene a lo que es la cocina es correcta y los precios ajustados. las migas un poco grasientas, la pipirrana sabrosa, la parrillada de verduras del tiempo bien seleccionada y al punto, el rabo de toro correcto y un exquisito queso manchego son algunas de las opciones a tener en cuenta a la hora de pedir. Recomendado.

La Teja
Autovía A4 Km. 244
13768 - Venta de Cárdenas (Ciudad Real)

Mesón de la Virreyna, Chinchón

La plaza de Chinchón es sin duda una de las más bonitas de España, y comer en uno de sus balcones una experiencia agradable. Si a una localización con encanto le añades una cocina en la que se cuidan el producto y su tratamiento la experiencia promete ser de las que se recuerdan por mucho tiempo. El servicio impecable, el precio asequible, es más, si tenemos en cuenta el emplazamiento y la calidad yo hablaría de barato, la cantidad abundante, con cuatro menús comimos cinco sin escasez. En cuanto a la carta amplia y con abundante presencia de lo local que se agradece. Intentamos probar todo lo posible y comprobamos con agrado que todo lo probado cumplía las expectativas. Unas migas sabrosas y que no resultaban aceitosas ni indigestas como sucede tantas veces, un gazpacho bien hecho, una sopa castellana -sopa de Chinchón, en la carta- abundante, bien trabada y, con su huevo y su jamón, contundente, unos callos melosos y en su punto que resultaron deliciosos, un rabo de toro que superaba barreras y un cordero asado al que no había pero que ponerle, ni siquiera en esa difícil cuestión de la edad del animal. En definitiva, un lugar muy recomendable para disfrutar del entorno y de la cocina madrileña, castellana y algunas incrustaciones de la mal llamada "cocina española".

El Mesón de la Virreyna
Plaza Mayor, 28
28370 - Chinchón (Madrid)
918 94 00 15

martes, 2 de junio de 2015

Mesón El Mulato, Layos

De las dos veces que he visitado el Mesón he sacado una conclusión clara, es sorprendente y esa característica la comparte todo el amabilísimo personal del lugar, desde la cocina hasta la mesa. De un restaurante que es capaz de lo más sublime y lo peor en la misma mesa y en el mismo día no se puede pensar otra cosa que que falla algún control y llegan a la mesa platos que nunca debieron de salir de la cocina. Tal vez el problema sea que en días festivos y con el comedor lleno el personal está sobrepasado. No lo se. Eramos alrededor de cuarenta personas y pedimos arroz con liebre y judías con perdiz. Nos sirvieron dos fuentes de arroz con liebre, una de ellas estaba sublime de sabor y de punto, la otra estaba carbonizada, literalmente. No con ese pegadillo sabroso que los valencianos llaman socarrat, no, carbonizada. No había más sabor que el quemado que realzaba ese típico punteado negro del arroz abrasado en la cocina. Insisto, el que estaba bien, sublime. Y también nos pusieron dos fuentes de judías con perdiz. Poco hechas. El sabor delicioso, pero el caldo estaba aguado. Le faltaba la untuosidad, el cuerpo, que las judías al hacerse con tiempo y convenientemente dejan en los guisos. Les faltaba ese fuego lento, ese cariño que los platos de cucharan agradecen devolviéndonos texturas y paladares propios de las puertas de La Gloria. Me queda por probar este lugar en un día de menor ocupación. Estoy convencido de que la cocinera sabe de sobra como sacar un guiso en su punto cuando el tiempo no la apremia, ahora solo le falta aprender que cuando uno se tuerce el único lugar por el que puede salir un plato de la cocina es por el cubo de la basura. Tiempo y criterio, la sabiduría ya la tienen. recomendado con reparos. 

Di Bacus, Bargas

Local amplio, cercano a Toledo, y con una apuesta que no es fácil de encontrar por el entorno: un poco de todo. El tapeo es abundante y de buena calidad y también lo es la cocina, que se mueve en entornos de estandarización pero hace un interesante guiño a la cocina tradicional. Unas buenas migas, un pisto sabroso, un venado en salsa en su punto, unas carcamusas dignas de mención salpican una carta con lo mas tradicional del tapeo universal. Buenos vinos y personal amable configuran una oferta por la que merece la pena hacer el recorrido desde el "guirizado" Toledo para comer un poco del sabor de la tierra. Yo les animaría a ampliar la oferta de guisos de la tierra, esos que ahora llamamos de cuchara y que siempre animan el placer de sentarse y disfrutar. Su juventud en el mercado aún le permite sorprenderse a si mismo.

Recomendado.

Di Bacus
C/ Agua, 13
Bargas - Toledo
925108334

sábado, 2 de mayo de 2015

Casa Maragato, Busdongo

Si no sabes si has ido o no alguna vez a Casa Maragato es que no has ido, porque el lugar es inolvidable. Inolvidables por si mismo, inolvidable por sus formas y por su contenido. Todo es peculiar en esta tienda con mesas, porque eso es lo que es Casa Maragato, un lugar en el que se venden vinos, quesos embutidos y conservas, pero que te la da la oportunidad de cosumir in situ lo comprado. La calidad de los productos propios es magnífica. Creo que he comido la mejor cecina y uno de los mejores chorizos que recuerdo. Es conveniente dar prioridad a consumir los productos locales, aunque también los demás son buenos, pero no tan especiales como los propios. El primer espectáculo es ver cortar la cecina a Tere. Ni los cortadores de Jamón, ni nada que yo haya visto antes. Impresionante. Se pide el producto, te lo cortan, te lo pesan y te lo sirven en papel de estraza a modo de plato. El pan riquísmo y el vino peleón del lugar, aunque yo no me perdería la limonada que ellos hacen y que en realidad es sangría. Todo en el local es un monumento a la tienda tradicional, Todo en Casa Maragato apunta a satisfacer al cliente, desde la charla de Juan y de Tere, al placer de degustar producto genuino, pasando por el ritual de adquisición y servicio. Hay que salirse de la autovía y subir Pajares, pero el esfuerzo se ve sobradamente compensado. Para disfrutar como un cura.

Una última recomendación. No se vaya de Busdongo sin probar sus Suspiros. Si no los tienen en Casa Maragato apenas veinte metros más arriba hay una pequeña panadería donde adquirirlos. Un placer.

Casa Maragato
Carretera de Asturias, 6
24690- Busdongo (León)
987598127

Nuestro Bar, Albacete capital

Si hay establecimientos por los que yo tenga debilidad sin duda Nuestro Bar estaría en lo más alto de la clasificación. Y lo estaría por varios motivos. Por su carta, por su calidad y porque es un homenaje permanente a Carmina Useros de quien me declaro devoto admirador y seguidor incondicional.
Este restaurante, bar, enclavado en la capital albaceteña, es un monumento a la cocina popular, tradicional, de toda la provincia, y su menú de degustación es una delicia de sabores y sorpresas que encima de no ser caro se paga con gusto. El servicio no solo es amable, sabe que es lo que te sirve y te aconseja correctamente ya que enfrentarse a la totalidad de platos que lo componen es una tarea practicamente imposible, por lo que en un alarde de interés poco extendido te ofrecen la posibilidad de fraccionar, seleccionar, en definitiva, de ajustar el menú a tus posibilidades gástrico digestivas. Es difícil que pase por Albacete y no me asome por Nuestro Bar, porque siempre que lo hago como como un auténtico príncipe de la iglesia. Para comer como un obispo
Cualquier ajo, principalmente el mataero, el atascaburras, los gazpachos manchegos, el lomo en orza, el queso frito, la tortilla en salsa, ..., un comer y no parar, un relamerse hasta la llaga.


sábado, 21 de marzo de 2015

Las Truchas, Nuévalos

En un placer encontrar en un lugar de clara intención turística un restaurante capaz de darte de comer, ràpido, a un precio razonable y con una calidad que no desentona, ni en el producto ni en la preparación. A poca distancia de la entrada al Monasterio de Piedra este local, amplio local, ofrece desde un menú por 11 € por persona a una carta muy amplia y de precios ajustados. Todo lo que probamos fue correcto, sabroso y bien cocinado y la atención digna de destacar. Cualquiera del personal que pasaba cerca de nosotros se preocupaba de saber si estaba todo correcto, si nos faltaba algo, en fin una atención que se echa en falta en lugares donde el servicio está tan rígidamente repartido que roza la desatención. las migas que probamos francamente buenas, los callos muy ricos, unas alcachofas sabrosas y unas tostadas de pan con ajo que saboreamos con fruición. El precio más que razonable y una considerable satisfacción. Si vuelvo repetiré y sin duda lo recomiendo.

Las Truchas Hotel Restaurante
Travesía del Monasterio de Piedra, s/n
50210  Nuévalos- Zaragoza
976849040


El Fogón de Trifón, Madrid capital

En pleno barrio de Salamanca es un local de tan pequeño casi escaso, pero maravillosamente aprovechado. Cocina tradicional y más, su fama viene por tres platos que forman su carta emblemática: los callos, el rabo de toro y las croquetas. A este se le pueden unir los caracoles, las mollejas, las albóndigas y muchas más entradas de la carta que a pesar de no haber probado parecían complacer a quienes las tomaban, entre otras una vistosa ensalada de pamplinas con granada, trocitos de jamón y muchos más ingredientes que no soy capaz de enumerar. El servicio, al menos en barra donde nos atendió Trifón hijo, muy agradable. El precio no es barato aunque tampoco sea desmesurado, algo más caro que razonable. En todo caso de la comida disfrutamos por su calidad y por la posibilidad de comer en base a raciones, unidades y medias raciones, que cada vez me parece más agradable que el menú o la carta de platos inamovibles en su calidad y estructura. la bodega correcta tanto en vinos como vermuts y de postre una tarta de queso con mermelada de aceituna francamente buena aunque amenazaba en su enunciado con un dulce de leche que solo era decorativo. Para mi recomendado.

El Fogón de Trifón
Ayala, 144
Madrid
914023794

sábado, 14 de marzo de 2015

Mesón de la Dolores, Calatayud

Tirando de copla si vas a Calatayud ni se te ocurra preguntar por la Dolores, o al menos por el mesón que hay en el museo que lleva su nombre. Tras un recorrido exhaustivo por Calatayud decidimos sentarnos en la pequeña terraza que hay en el exterior de la cafetería, junto al balcón. El lugar una preciosidad, y ahí nos paramos en cuanto a lo agradable. Pedimos una primera consumición y empezamos a hacer tiempo hasta la hora te tomar algo más consistente. Tenía ganas de probar los famosos garbanzos con congrio tan propios de la cocina bilbilitana. A nuestro alrededor se fué sentando gente que era claramente del lugar por la atención que le dispensaban y el conocimiento del personal y las cosas propias del establecimiento. Nos enteramos entonces de que habían ganado el primer premio de tapas de Calatayud y decidimos probar el manjar premiado. Fue una autentica odisea. Ninguno de los camareros se acercaba a la mesa ni atendía a nuestros requerimientos. Finalmente y al asalto aprovechando que venía a traer consumiciones a la mesa de al lado conseguimos que nos atendieran aunque de unas formas rayanas en la desconsideración. El dialogo fue algo asi como:

- Por favor señorita.
- Un momento -atiende a los de al lado y hace amago de irse-
- Por favor puede atendernos - Nos mitra con cara de pocos amigos-
- Quisieramos pedir otra ronda Se nos queda mirando sin contestar-
- Y probar la tapa ganadora.
- Ya que estoy aqui les atenderé
- Es que ya no se sirve en las mesas? -viendo que a las demás si les servían-
- Entonces lo mismo y dos tapas - sin responder a mi pregunta y se va-

Al cabo de, vamos a ser prudentes, diez minutos aparece otro camarero con lo pedido pero las tapas equivocadas. Deja la bebida y se lleva las tapas. Al cabo de otro tanto viene la señorita con otra vez las bebidas y las tapas correctas. Se lleva las bebidas y deja las tapas.

A todo esto ya era una hora prudencial para pedir con vistas a cenar por lo que me levanté de la mesa y me fui al interior, a la barra, con el fin de preguntarle al camarero si teníamos que cambiar de sitio para pedir raciones, si había que pasar al restaurante... en fin lo normal. Durante veinte minutos laaaaargos el camarero tomó nota a varias personas, a alguna más de una vez, sirvió a varias mesas y pasó a mi lado sin mirarme ni contestar a mi requerimiento siete u ocho veces. Finalmente y vista la absoluta desconsideración, la absoluta falta de respeto decidí pagar y marcharme. Tampoco lo logré con lo que cabreado como una mona decidí marcharme sin pagar, sin haber conseguido cenar ni pagar. Y no fuí el único que conste, a los de la mesa de al lado les sucedió exactamente lo mismo.

Mi recomendación. Visita el lugar, muy bonito, visita el museo y cuando llegue la hora de tomar algo... buscate otro sitio, lo mismo cenas, pagas y no te cabreas. No recomendado salvo para vecinos de Calatayud, amigos del personal o habituales del lugar.

Bavieca, Medinaceli

En un pueblo turístico es difícil decidirte por algún restaurante, sobre todo si pretendes comer a un precio razonable un producto de una calidad digna, y ese es el caso de Madinaceli, un maravilloso pueblo lleno de asadores y restaurantes en los que poder probar fortuna. No puedo hablar de los que no he conocido, pero en todo caso tuve la suerte de elegir este restaurante regentado por Mario en la sala y su mujer en los fogones. Hay algunos elementos que me dan pistas sobre que lugar elegir: el primero que la carta contenga platos de cuchara y el segundo que cuando hablas con quien te atiende, te atienda, te entienda y demuestre un cierto cariño por lo que está haciendo. En Bavieca se cumplieron todos los requisitos. Comimos una judias con perdiz francamente sabrosas, una carrillada deliciosa y unos rollitos de Idiazabal con frambuesa que disfruté ampliamente. La atención de Mario excelente tanto en el servicio de mesa como en sus comentarios y conocimientos. Y además tenía vermut español. Debo de reconocer que comí como un cura y la cuenta, que no llegaba a los 50 € por dos personas, ajustada. Finalmente me ganó con un chupito de aguardiente de hierbas de entendido. Excelente experiencia.

Bavieca
Hotel-Restaurante
Campo de San Nicolás, 6
42240 Madinaceli
975326106

domingo, 22 de febrero de 2015

Restaurante Salvador, Madrid capital

Tradicional. Yo creo que es la palabra que define este local. Fui con un amigo que me llevó y que pidió lo mismo que hace veinte años, una merluza a la romana francamente buena. Yo, y mis obsesiones, pedimos unos callos que fueron sabrosos, densos, como mandan los cánones. Para no perderse las kokotxas y los buñuelos de bacalao. A nuestro alrededor un ambiente de diario y una atención más que correcta perfectamente supervisada por la hija y heredera del fundador. En definitiva un lugar en el centro de Madrid recomendable para cualquiera al que le pille a mano, e incluso para ir ex profeso y con raciones abundantes y precios razonables. Cura.

Restaurante Salvador
Barbieri, 12
28004  Madrid
915214524/915315100

lunes, 26 de enero de 2015

Casa Revuelta, Madrid capital

Un problema, entrar. He visto hasta hacer cola en fechas significativas para acceder al local. Pero una vez superada la barrera merece la pena el esfuerzo y las incomodidades. Se podría decir que es un local que fomenta el contacto humano, o incluso que tiene derecho a roce. A casa Revuelta se va a comer lo que hay. Bacalao frito en primer lugar. Unas buenas tajadas de un buen bacalao bien rebozado, bien frito, que deja el regusto y ganas de repetir. Torreznos todos los días. Sustanciosos aunque la ración sea un poco escasa. Y por último el plato del día que pueden ser unos sabrosísimos calamares en su tinta o sus afamados callos. Vino a granel, vermut de grifo, servicio rápido y precios correctos completan un local que para mi gusto es muy recomendable.
Sirve de especial alabanza el que a pesar de estar situado en plena zona de turisteo ni su producto, ni su calidad, ni sus precios se han rendido a la facilona salida que la mayoría de locales de su alrededor han elegido.

domingo, 4 de enero de 2015

Taberna El Trillo, Málaga capital

A veces se acierta por casualidad. Eso es lo que me pasó con esta taberna del centro de Málaga. Por circunstancias de trabajo se me hizo tarde en pleno centro, en la calle Larios, y decidí picar algo sobre la marcha antes de ponerme en camino hacia Madrid. Y allí, haciendo casi esquina estaba esta Taberna. No elegí más entré y mi primera sensación fue buena ya que observé que la barra esta abarrotada de lugareños. gente de mediana edad con sus niños y en grupos daban una idea de amigos que quedan para disfrutar de un tentempié en pandilla.

Pedimos media ración de bacalao al pil pil, al pil pil del norte como bien especificó a mis requerimientos la camarera, media de berenjenas fritas con miel de caña y una tapa de rabo de toro.

Con las bebidas un pero, solo había un tipo de vermut, si ese, por lo que decidí, sin remedio, pasarme al vino. 

El bacalao al pil pil abundante, sabroso, con un pil pil bien ligado y con sabor al aceite y el aroma del ajo perfectamente perceptibles. Para mi gusto muy bueno. La berenjena muy bien frita, no rezumaba grasa ni acumulaba ese desagradable bocado graso que a veces produce la fritura en una aceite inadecuado, por calidad, uso y/o temperatura. El rabo de toro sin estar mal fue lo mas flojo de la terna, un poco dulzón debido, tal vez, a una excesiva generosidad en la zanahoria. 

El servicio atento, correcto y amable, hasta el punto que comentado, con intención pero sin parecerlo, que a mi la berenjena me gustaba con un poco más de miel de caña apareció casi de inmediato una jarrita con miel en nuestro lugar de la barra. Eficiencia y amabilidad sin aspavientos.

El precio, dado la abundancia de las medias raciones, ajustado tirando a bueno. 

Sin lugar a dudas para mi un lugar recomendado

Taberna El Trillo
Don Juan Díaz, 4
29015 Málaga

952603920

Nata Lisboa, Madrid Capital

Este comentario tiene subtítulo,  el sabor de la franquicia. Y es que hasta el día de ayer, a pesar de mi oposición frontal a esta epidemia de la restauración, no me había dado cuenta hasta que punto las franquicias son todas iguales en cuanto a cocina y sabor se refieren.

Paseaba yo por los alrededores de la Plaza Mayor de Madrid con la repetida idea de tomar un par de tapas y volverme a casa comido sin contar con que el soleado, aunque gélido, día y las fechas festivas hacían de la zona el lugar de encuentro de la mitad de los habitantes del mundo, o más. 

Imposible entrar en Casa Revuelta, con cola, en Casa Antonio, hasta los topes los bares donde se despachaban a ritmo frenético los bocadillos de calamares, que añoranza de los viejos y sabrosos bocadillos que ya no se encuentran, tanto que la gente se acomodaba en cualquier lugar de la calle para comer. Y era tanta la imposibilidad que decidimos probar algo diferente.

En nuestro discurrir habíamos pasado por un local que anunciaba sabores de Portugal, bacalao preparado de varias formas, arroz de pato y varias especialidades, pocas, de la cocina portuguesa más. Así que dada la imposibilidad de entrar en los locales que merecen la pena en la zona y dada nuestra amplia experiencia en la cocina portuguesa del norte decidimos probar la propuesta.

El servicio de gran amabilidad, pero ya hubo un detalle que nos puso sobre aviso. En la carta junto al bacalao a la portuguesa, que por su enunciado debía de ser a "A Narcisa", y a pesar de lo temprano de la hora y escasez de clientes, figuraba la palabra agotado. Solo se me ocurría una explicación, que luego se confirmó, los platos son precocinados y solo se calientan y se sirven.

Las bebidas son todas portuguesas, la cerveza, los zumos, los vinos y los licores, y todos los que visitamos Portugal con cierta asiduidad conocemos la "Super Bock", el "Sumol", los vinos, excelentes vinos, portugueses y su amplia variedad de licores.

Pedimos un buñuelo de bacalao, una empanadilla de cochinillo, una empanadilla de camarones y un bacalhao con pan de maíz, que parecía una variación sobre el bacalhao "a broa" que tanto me gusta. Los fritos eran casi pura masa y hacían añorar las empanadillas congeladas que ponen de aperitivo en los bares madrileños y el bacalao merece un capítulo aparte. El enunciado era un plato a capas de bacalao, espinacas y bechamel. La de bechamel era gruesa, la de bacalao suficiente aunque el bacalao era absolutamente insípido y la de espinacas... bueno tal vez hubiera espinacas y yo no las aprecié, ni las ví. A cambio había una capa de dados de patata que no me atrevo a decir que fuera congelada, pero lo pienso. El resultado final era un plato de bechamel con tropezones diversos que no aportaban nada al sabor. 

Aunque esta crítica parezca descarnada no lo es. No sería diferente lo que dijera de cadenas nacionales que están en la mente de todos y que pueblan nuestros lugares habituales de picoteo. Y por eso, porque no sería diferente es por lo que al principio hablaba del sabor de la franquicia, 

En todo caso y como para gustos hay colores yo recomendaría a todos los lectores de este comentario, y si nunca les han parecido mal las franquicias nacionales y extranjeras tan al uso, que hagan su propia prueba y saquen sus propias conclusiones. Yo por mi parte lo considero no recomendado y hago votos por una pronta visita a Portugal que me restituya sensaciones.

Nata Lisboa
Pastelaria Regional Portuguesa, S.L.
Imperial, 18
28012  Madrid