sábado, 12 de septiembre de 2015

Trasiego, Gijón

Descubrir a estas alturas las excelencias de la cocina asturiana, de la antigua y de la no tan antigua, sería una osadía. Confieso mi enamoramiento de sus quesos, de sus guisos y de su sidra bebida in situ. Se come bien en cualquier sitio, muy bien en la mayoría y excelentemente en bastantes porque la cocina asturiana, como casi todas las del norte, es una cocina donde se parte de una materia prima de gran calidad. Carnes, quesos, hortalizas y pescados son dignos de mención. Por eso cuando selecciono un sitio para comer me fijo mucho en que sea popular, en que la gente que llena las mesas tenga pinta de parroquiano habitual o foráneo esclavo del disfrute. Trasiego es una casa de comidas con opción de bar, por lo que puedes comer de tapas, menú o a la carta indistintamente. Yo, concretamente, comí de menú porque me pareció que la oferta era lo suficientemente satisfactoria para no tener que adentrarme en la carta. Por 12 euros por persona poder elegir entre cuatro primeros, cuatro segundos y una amplia selección de postres caseros y frutas me pareció una oferta suficiente. Tomamos lentejas, ricas y abundantes -te ponen la sopera para que te sirvas-, una sabrosa cecina con virutas de parmesano, unos excelentes escalopines al cabrales, excelente la carne de ternera como solo lo suele ser en el norte, muy rica y bien ligada la salsa de cabrales y patatas fritas de verdad, no congeladas o raras. Acabamos con un rico arroz con leche. Yo además acompañé mi comida con un vermut propio de la casa muy agradable. El resultado fianl un servicio rápido, amable y correcto por parte de una de las dueñas que atiende a la sala y una comida satisfactoria. Puedo decir, sin ambajes, que comí como un cura y que estoy presto para probar esos callos y esa fabada que comenté con la propietaria.

Restaurante Trasiego
Santa Doradía, 2
Gijón
985 33 25 68