Como en todos los restaurantes de Rascafría conviene reservar o ir con resignación cristiana y sin hora fija para comer. Tanto el interior como la terraza, ahora equipada con estufas para tiempos más inclementes, suelen estar llenos a rebosar de un primer turno que se pone en marcha a las 14.00 horas y que funciona bajo reserva, a partir de ahí el segundo turno, que lo hay, entra cuando alguién del primero se levanta. Al contrario que en otros muchos restaurantes aquí nadie te presiona para comer rápido y levantarte, cosa que es de agradecer.
Comimos un hojaldre con puerros, lo hay también con boletus en la época, francamente bueno, unos chipirones en su tinta ricos una sopa castellana que a pesar de estar muy buena era peculiar, era en realidad una sopa de cocido con pan y jamón, y unos callos que fueron la cenicienta de la comida, mejorables. De los postres conviene destacar la milhojas de crema y nata y unos flanes correctos. Vimos pasar y consumir con alabanzas diferentes platos de carne y caza y algunos otros de cuchara.
Cabe destacar la atención de Conchi, siempre pendiente y atenta, y en general de todo el personal.
Para mí un lugar recomendable con potencial para poder ser algo más pero tal vez acomodado.
Casa Conchi
Rosario, 23
Rascafría
918691367