Nájera es una ciudad pequeña, de
tres o cuatro calles que son agradables, recoletas, de ciudad con antorcha y
algo de niebla. Con ese toque de lugar antiguo y bien conservado que a mi tanto
me gusta. Pero si a ello lo acompañamos de algunos bares dignos de mención veremos
que la monumentalidad de Nájera no está solo en sus iglesias o en sus calles, que no son de ignorar.
Los buñuelos de bacalao de La
Taberna de Manu, en concreto, son un monumento a la fusión de culturas, un
cántico a las bondades de la cocina española
interpretada, mejorada en esta ocasión sin duda, por una cocinera china
que reinterpreta el rebozado como una tempura gruesa y firme de difícil
comprensión hasta que se ve y se saborea. Claro que la delicia la completa ese
relleno que está entre una brandada y un atascaburras, un relleno cremoso,
rozando lo líquido, que cuando la dentadura penetra en la capa firme exterior
se derrama en la boca reclamando a todas y cada una de las papilas que por allí
puedan andar a la espera. Una delicia.
Si el día está malo, que lo
estaba, iniciar el tapeo con un caldo de pollo nunca es moco de pavo y
completar la mesa con unas muy ricas alcachofas fritas, si es la temporada, nos
dejará con ese punto entre la satisfacción de lo comido y el ansia de probar
nuevas cosas.
Y por probar nuevas cosas nos
acercamos al Trinquete. Objetivo: la oreja de cordero rebozada y el patorrillo,
por probar las especialidades del lugar. Ambas cosas buenas e incluso los
caracoles a la riojana y un inesperado, pero sustancioso, espárrago relleno. Pero
lo inesperado surgió en el postre. Una tarta de queso superior que hizo que la
jornada acabara como las grandes ocasiones.
Sí señor, Nájera es monumental
incluso más allá de sus monumentos arquitectónicos. Espero en breve poder
repetir experiencia.
Bar Restaurante Trinquete
Mayor, 8
26300 Nájera
941362567
La Taberna de Manu
Mayor, 21
26300 Nájera
91410428
Muy recomendado