Como decía la letra de una canción popular gallega "ela bonita non é". Esto es aplicable a Casa Durán, también conocida como A Porcona. Si alguien va buscando algo más que ingredientes de calidad, una cocina honrada con incursiones en la magnificencia y precios increíbles, si alguien pretende una atención servil, manteles de lino o un local "fashion" que ni lo intente, a Casa Durán se va a comer, a comer bien, abundante y barato.
Pero ciñámomos a la información. Nos presentamos en Casa Durán cuatro personas dispuestas a comer buen pescado y marisco fresco después de una excursión por Villagarcía de Arosa y de callejear un poco Pontevedra. No hay reservas. Al entrar por la puerta nos encontramos que el local está lleno y que tenemos tres o cuatro grupos por delante. Nos dirigimos a Manoliño que nos dice cuantos hay esperando y que en un cuarto de hora tendremos mesa. A partir de ese momento nos hace saber con regularidad que está pendiente de nosotros y controlando la situación. Llega una pareja que dice que ya había estado antes y que habían pedido la vez a los que estaban primero. Manoliño les hace saber que no hay más vez que la que él controla,con educación pero con firmeza. No da lugar a debates. Al cuarto de hora estamos sentados y dispuestos a comer, y admirados por el espectáculo de una persona capaz de controlar dos comedores, las comandas, las recomendaciones, la cocina, el servicio y el turno de acceso a las mesas, a una velocidad alta y constante sin aspavientos ni concesiones al diálogo. Parece llevar una suerte de bicicleta invisible que le permite estar en todos los lugares en los que es necesario y en el momento en que lo es.
Empezamos con una docena de navajas -que resultaron trece- limpias, frescas y en su punto de preparación y temperatura al servirlas, después cuatro menús. De primeros fideos con almejas y ternera, sabrosos, mejillones al vapor, frescos y abundantísimos y una sopa de pasta correcta y agradable. De segundos calamares a la plancha, frescos sabrosos y bien preparados y merluza a la gallega que merece una mención aparte. Dos buenos tacos de merluza fresca y sabrosa con patata gallega cocida - de esa en la que uno duda si lo bueno es la merluza o la patata y en la duda no deja ni rastro de ninguna de las dos- bañadas en una ajada a la gallega que rayaba lo sublime, ligera, sabrosa, aromática... una delicia. De postre una tarta de santiago mejorable y un buen licorcafé para que no se atragante.
Resultado de la operación 42.00 € -en total, no por persona- la satisfacción de haber dado con el lugar correcto y una promesa con convicción, volveremos.
Casa Durán
Virgen del Camino, 17
Pontevedra
Para comer como un Papa. No hace reservas.