domingo, 25 de agosto de 2013

A Carla, Figueiró

Llegar a A Carla no es fácil. Lejos de cualquier lugar de paso, en medio del monte, hay que discurrir por una intrincada red de carreteritas locales sabiendo en cada cruce por donde tienes que seguir. Pero precisamente por eso tiene más mérito ver como este local con el encanto de lo rural, que nació como furancho, se ha convertido en un lugar muy concurrido y apreciado.


Tiene una carta con  pocas opciones y muy locales, pero suficiente para una cena a base de tapas. Las tortillas de patata tienen vocación de excelentes, la zorza, los calamares, la empanada, los pimientos, la oreja, más que aceptables... si ese día además hay flan de turrón -de chuparse los dedos-, sin descartar otros postres caseros, la cena será estupenda y más acompañada del blanco de la casa, suave y afrutado. La mujer de Miro en la cocina -a la vista de los comensales-, la atención de su hija, siempre pendiente, y el propio Miro hacen que te sientas como en casa, en todos los sentidos, sin protocolo y degustando una comida que podría salir de tu propia cocina si tu cocinaras tan bien como ella. La última satisfacción, justo después de unos chupitos de buena calidad, no perderse el aguardiente tostada, la cuenta.


Yo siempre que voy a A Carla como como un cura.

Tapería A Carla
Rúa dos Muiños-O Roque, 32
Figueiró-Tomiño
Pontevedra

08-2015. A carla ha crecido y lo ha hecho sin incurrir en defectos bastante clásicos. Nuevo comedor, nueva, amplia y bien equipada cocina,y no han variado ni la calidad ni los precios. Felicidades.

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