martes, 27 de agosto de 2013

Casa Acuña, Isla de Ons

No hace falta GPS para llegar a Casa Acuña en la pontevedresa Isla de Ons. Según el barco se va acercando queda claramente a la vista,sin contar que de las tres opciones de restauración que hay en la isla dos pertenecen al mismo dueño.

Tal vez por esto, la falta de competencia real, o porque es un enclave eminentemente turístico la experiencia me resultó decepcionante en lineas generales. Mi impresión fue de descuido, de falta de interés hacia el comensal, que o come allí o come enfrente o come de lo que el mismo se lleve.

Un restaurante que presume de ganar todos los concursos de pulpo de Galicia está obligado a algo más que a servirte un pulpo de buena calidad en cuanto a materia prima, pero no diferente del que puedes comer en cualquier sitio, ligeramente pasado de cocción, y esta es una apreciación personal -a mi el pulpo me gusta que haya que morderlo y con la piel pegada- y soso en cuanto a condimentación, esto es, con una ajada vulgar. Nos pasó lo mismo con la caldeirada de pulpo que con el pulpo a feira.

Desembarcando en la Isla de Ons

Comimos un pescado frito excepcionalmente bueno, fresco que saltaba y en su punto y rematamos con un bandullo que ofrecen como pudding y que no es el típico bandullo de Ons -embutido dulce-, con lo que el turista no interesado, o no suficientemente documentado se marcha sin probarlo o sin saber que ha probado un postre típico de la zona aunque haya otro con el mismo nombre propio del lugar y que nadie menciona. Lo dicho, falta de interés.


Es una pena que en un paraje tan idílico, con unas materias primas excepcionales, con una oferta gastronómica propia, el visitante un poco exigente no salga con el firme propósito de volver a recrear la vista y de paso el paladar. 

Ni fu ni fa. Los visitantes anónimos nos merecemos un poco más de interés.

Casa Acuña
Isla de Ons
Pontevedra.

08-2015/ Nos sentamos en una mesa ya un poco tarde y nos atendió inicialmente la propietaria, que tras decirnos que inmediatamente estaba con nosotros desapareció en la cocina y 15 minutos más tarde tuvimos que cambiarnos de mesa para poder ser atendidos por una camarera (Andrea), rápida y eficiente. No siempre la propiedad proporciona el interés ni la diligencia. Respecto a la comida nos ratificamos en el anterior comentario. la próxima vez nos llevaremos nosotros la comida.

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