lunes, 26 de enero de 2015

Casa Revuelta, Madrid capital

Un problema, entrar. He visto hasta hacer cola en fechas significativas para acceder al local. Pero una vez superada la barrera merece la pena el esfuerzo y las incomodidades. Se podría decir que es un local que fomenta el contacto humano, o incluso que tiene derecho a roce. A casa Revuelta se va a comer lo que hay. Bacalao frito en primer lugar. Unas buenas tajadas de un buen bacalao bien rebozado, bien frito, que deja el regusto y ganas de repetir. Torreznos todos los días. Sustanciosos aunque la ración sea un poco escasa. Y por último el plato del día que pueden ser unos sabrosísimos calamares en su tinta o sus afamados callos. Vino a granel, vermut de grifo, servicio rápido y precios correctos completan un local que para mi gusto es muy recomendable.
Sirve de especial alabanza el que a pesar de estar situado en plena zona de turisteo ni su producto, ni su calidad, ni sus precios se han rendido a la facilona salida que la mayoría de locales de su alrededor han elegido.

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