Situado junto al antiguo estadio de fútbol es para quien lo conoce un referente en un circuito ideal de tapas en Almería. Destaca sobre la media, y la media en esta ciudad es muy alta, por la calidad de la cocina y sobre todo por la atención de Francisco al que no me extrañaría ver en futuras y más ambiciosas metas ya que por trato humano y comercial parece capacitado para acometerlas. Es recomendable ir de viernes a mediodía a sábado por la noche para poder acceder a ciertas tapas, seguramente las mejores, que enriquecen al resto de la oferta.
Tapas y raciones y una terraza un tanto desangelada, porque el entorno no permite otra cosa, son la oferta de un local en el que para mí destaca entre todo el "trigo", plato emblemático almeriense, consistente y sabroso como pocos y al que en este local tratan con el cariño y saber hacer necesarios.
A pesar de no ser un restaurante al uso siempre que voy al barro acabo satisfecho como un cura y buscando en mi cabeza la siguiente fecha para darme un nuevo homenaje. Y el precio el habitual en la ciudad, o sea barato.
El Barro
Plaza de Matías Perez, s/n
Almería
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