sábado, 7 de septiembre de 2013

O Lagar en Eiras, As Eiras

Entre el juego y el final feliz. Este sería el resumen de O Lagar, pero como todo resumen demanda una explicación.


El juego, la aventura, la voluntad provienen de encontrar el lugar. Cuentan las malas lenguas que algún famoso explorador se perdió en el intento. Coge usted. la carretera de A Guarda a Tui y llegando a la parte más baja de la cuesta de Tabagón se desvía hacia As Eiras, avanza sin desmayo pero sin descuido hasta que se encuentra a mano izquierda y marcando la cuneta de ese lado de una curva  un imponente muro de piedra que limita una finca perteneciente a un pazo. Nada más pasar el muro, sin solución de continuidad, parte una pista forestal asfaltada que se adentra en el monte. Con confianza, con determinación, se interna por ella hasta llegar a un lugar donde hay casas y entre ellas, esta vez a mano derecha, como si fuera la entrada a una finca, un camino. Lo toma aún sabiendo a ciencia cierta que se ha equivocado. No importa, no puede retroceder ni dar la vuelta. Cuando al fin el camino se ensancha y va a volver sobre sus pasos se encuentra inopinadamente con que ha llegado. Como no ha entendido, casi con seguridad, nada de nada, y como el lugar lo merece por encanto, cocina y trato, le adjuntamos el plano que figura en el anverso de su tarjeta. Por cierto, existe un cartel que indica el camino, pero solo lo verá, si lo busca, al irse.

O Lagar está desarrollado sobre la antigua casa de labriegos conocida como de "María Morghada" que han respetado, sin dejar de hacer los cambios necesarios para confort y eficacia, el encanto de la original. Lo primero que puede y debe de llamar la atención, según se entra detrás del pequeño mostrador en el que habitualmente te recibe, y siempre te despide porque allí te cobra, Miguel es la amplísima y cuidadísima cocina que garantiza una de las señas identidad de la casa, la rapidez en el servicio. Apenas te has sentado y con el tiempo preciso para leer la carta te recitan los platos fuera de carta que cada día son diferentes y siempre peculiares.


No voy a recomendar platos específicos. Yo suelo ir con el oído atento a los que están fuera de carta y seleccionar un par de ellos o tres. Nunca he tenido que lamentar mis decisiones, todo lo más alguna vez he considerado normal lo que me han servido. Este año hemos probado una empanada de cocido que todavía rememoro en el paladar y unos profiteroles de bacalao con mermelada de tomate que apuntaban muy alto.

Pero volviendo al resumen, el final feliz es que lo que es siempre excepcional son los postres o lambonadas. Y entre estos hay tres que desde hace ya 25 años, los que cumple, no faltan en nuestra planificación gustativa: el bizcocho de chocolate bañado en chocolate caliente, el queso camembert rebozado y frito con mermelada de arándanos y el casi insuperable helado de frutos secos.






La verdad es que llevo veinticinco años en que cuando salgo de O Lagar tengo la sensación de haber comido como un cura. Felicidades y perseverad, merece la pena










P.D.: Abstenerse aquellos a los que le moleste que les hablen en gallego, aunque preguntan si se entiende.

O Lagar En Eiras
As Eiras, Picons Darriba, O Rosal
986620053

15-08-2015 Magnífica tempura de merluza, increíble una mermelada de flor de saúco, exquisitas hamburguesas de carne de vaca cachena y los postres como siempre, deliciosos.


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